Aunque ya había sido observado, aún no existía confirmación de que el VVV CL001 fuera un cúmulo globular. Una nueva investigación liderada por científicos y científicas del MAS, finalmente pudo corroborarlo, abriendo las puertas a nuevas interrogantes sobre este tipo de objetos, los más viejos de la galaxia.
Estudiar la historia de la Vía Láctea no es tarea fácil y es por eso que científicos de todo el mundo utilizan sus estrellas más viejas para encontrar rastros de su formación y evolución. Muchas de estas estrellas están contenidas en los denominados cúmulos globulares, grupos de astros que se mantienen unidos entre sí gracias a la gravedad. Sin embargo, estos objetos son difíciles de descubrir en el bulbo galáctico, ya que en esta zona hay alta densidad estelar, es decir, las estrellas están muy juntas entre sí y además, para detectarlos, hay que traspasar grandes capas de gas y polvo que se encuentran en la línea de visión hacia el centro de nuestra galaxia. Es por eso que es imposible realizar esta tarea con telescopios ópticos y por ello se utilizan otros instrumentos y técnicas como la espectroscopía.
Precisamente fue ese tipo de estudio el que realizó un equipo de astrónomos y astrónomas del Instituto Milenio de Astrofísica, liderados por el investigador y candidato a doctor del MAS y del Instituto de Astrofísica UC, Julio Olivares. El grupo realizó un análisis de los datos obtenidos por el Multi Unit Spectroscopic Explorer (MUSE) confirmando la presencia del cúmulo VVV CL001 en el centro galáctico, además de la identificación de 55 estrellas que forman parte de él.
“Ya conocíamos este objeto, porque fue el primero descubierto y propuesto como cúmulo por el proyecto VISTA Variables in the Vía Láctea (VVV). Sin embargo, aún no había sido posible confirmar que se trataba de un verdadero cúmulo, por lo que este paso permite entender la importancia que tienen sondeos masivos como éste. Por otro lado, implica un relevante avance porque era un objeto difícil de observar, no sólo porque es muy débil y hay muchas estrellas, sino que también porque se encuentra en una zona donde la extinción es muy variable, es decir, hay nubes de gas y polvo en la línea de visión que impiden que se vea con telescopios ópticos, por ejemplo”, explica Olivares.
Es por ello, asegura, es que utilizaron los datos de MUSE, ubicado en el Very Large Telescope (VLT) del European Southern Observatory (ESO), junto con información obtenida de un catálogo VVV, que sondea estrellas en el rango del infrarrojo.
Según el astrónomo del MAS, el VVV CL001 es un cúmulo muy pobre en metales, lo que indica que es muy viejo, aunque señala que aún no es posible calcular su edad exacta. Asimismo, se confirmó que forma parte del bulbo de la Vía Láctea, es decir, de su zona central. “Su velocidad es muy interesante, ya que es uno de los cúmulos más rápidos aproximándose a nuestro sistema solar. El problema con su velocidad es que pareciera dar a entender que se trata de un cúmulo del Halo galáctico. No obstante, al estudiar sus movimientos propios, junto al cálculo de la distancia, pudimos obtener su órbita, lo que lo ubica en la zona del bulbo. Esto es muy interesante, puesto que si es tan viejo como parece, puede ser uno de los primeros cúmulos que se formó en esta zona de la galaxia”.
Agrega: “Los cúmulos en el bulbo galáctico son muy importantes, puesto que se cree que hay un déficit de ellos en la Vía Láctea, comparándolo, por ejemplo, con Andrómeda, una galaxia vecina muy parecida a la nuestra. Esto puede deberse a varias razones: o no los estamos viendo por el polvo y gas, o porque tal vez ya desaparecieron por la interacción con la gravedad misma del bulbo y la barra de la Vía Láctea durante los millones de años de su evolución. Es por eso que es muy interesante que se sigan encontrando más”.
55 nuevas estrellas detectadas
Otro de los hitos importante de la investigación que lidera Olivares es haber diferenciado 55 nuevas estrellas como parte del cúmulo VVV CL001. Esto no es sencillo, ya que las estrellas que componen los cúmulos globulares están tan juntas entre sí que es muy difícil identificarlas de forma particular. “Confirmar miembros de cúmulos no es tarea fácil pues consume mucho tiempo de telescopio. No obstante, con la técnica que utilizamos sólo se necesitó observar por una hora”, asegura el astrónomo.
“Tener muchos miembros de un cúmulo es muy bueno para mejorar la estadística en cuanto a las propiedades generales que se le otorgan, por ejemplo, su velocidad radial, su metalicidad, su movimiento propio y su distancia. Finalmente, es muy interesante que hayamos encontrado que se trata de un cúmulo de bulbo, puesto que en general en el bulbo se encuentran cúmulos muy ricos en metales, lo que indica que su formación es un poco más tardía que la de cúmulos pobres en metales. El CL001 es muy pobre en metales, por lo que con seguridad debe ser muy viejo, debe tener más de 10 mil millones de años”, concluye.
Además de Olivares, formaron parte de esta investigación la subdirectora del MAS, Manuela Zoccali, y los astrónomos del MAS y del IA UC, Rodrigo Contreras Ramos, Álvaro Rojas Arriagada, Javier Minniti y Felipe Gran. Asimismo, contó con la participación de la astrónoma de ESO, Elena Valenti.
Lectura de foto principal: imagen obtenida con el telescopio VISTA es una pequeña parte del sondeo VISTA de Variables en la Vía Láctea (VVV). En el lado izquierdo se encuentra el cúmulo globular VVV CL001. Crédito: ESO/D. Minniti/VVV Team
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