El Cometa C/2024 G3 (ATLAS), considerado el más brillante de las últimas dos décadas en acercarse a nuestro vecindario solar, fue descubierto por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides ATLAS, de la NASA. Uno de cuyos cuatro telescopios robóticos está ubicado en el Observatorio El Sauce de la comuna de Río Hurtado, en la región de Coquimbo, gracias al MAS.
Se trata de un sistema que rastrea el cielo nocturno cada 24 horas en busca de asteroides peligrosos, y que cuenta con dos telescopios en Hawai (ATLAS 1-2), uno en Sudáfrica (ATLAS-3) y ATLAS-4, ubicado en nuestro país. Fue instalado en Chile gracias a un acuerdo de colaboración entre la Universidad de Hawái (entidad que dirige el proyecto) y el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) y hoy es operado por investigadores de este centro científico. Cada uno de estos telescopios tiene 50 cm de diámetro, y una sofisticada cámara que le permite captar en una sola exposición un fragmento del cielo 100 veces más grande que la luna llena.
Hallazgo desde Chile
La operación de ATLAS-4 es liderada desde Chile por los científicos MAS Andrés Jordán y Vincent Suc, miembros del equipo chileno que mantiene el telescopio funcionando. El seguimiento automático de ATLAS encendió la alerta el pasado 5 de abril de 2024, tras comparar con otras imágenes tomadas en días anteriores.
Según explica el astrónomo Alejandro Clocchiatti, miembro del equipo ATLAS-4, investigador del MAS y académico del Instituto de Astrofísica UC, el hallazgo fue posible gracias a un esfuerzo combinado. “ATLAS-4 descubrió un objeto móvil, y observaciones posteriores hechas desde el Observatorio de Cerro Tololo -también en Chile-, con el objeto de calcular su órbita, y ver si existía posibilidad de colisión con la Tierra, revelaron que se trataba de un cometa. En estas últimas se detectó la aparición de “coma” (nube de polvo y gas que envuelve el núcleo de un cometa) y la característica “cola”, explica el astrónomo.
Al momento de su hallazgo, el cometa C/2024 G3 se encontraba a una distancia equivalente a 4,4 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, agrega el astrónomo, punto a partir del cual continúo siendo observado para conocer sus características. Originalmente formaba parte de los objetos de la nube de Oort, ubicada en los límites del Sistema Solar, a casi un año luz de nuestra estrella y poblada por los llamados “objetos transneptunianos”, que sería la cuna de muchos cometas de períodos largos como el cometa Halley.
“Por alguna perturbación gravitatoria este objeto cayó hacia adentro del Sistema Solar. Se considera uno de los llamados “cometas no periódicos”, vale decir, están en una órbita muy inestable influenciada por la interacción gravitatoria de otros planetas y del viento solar, lo que incide en la frecuencia de su paso por nuestras cercanías: sus aproximaciones se dan entre 150 mil y 600 mil años aproximadamente”, dice Alejandro Clocchiatti.
¿Cómo observarlo?
Tras registrar su mayor acercamiento al Sol y sobrevivir a este encuentro el pasado 13 de enero de 2025, punto que se denomina “perihelio” y que se temía lo desintegrara al llegar a estar cuatro veces más cerca del Sol que el planeta Mercurio, el cometa C/2024 G3 (ATLAS) todavía se podrá observar durante la semana del 20, usando unos simples binoculares. Esta será la última oportunidad para ver este fenómeno único.
El brillo que exhibe este cometa y gracias al cual ha podido ser apreciado a simple vista desde la Tierra, se explica por su aproximación al Sol. El astrónomo del MAS agrega que “al acercarse a nuestra estrella tuvo eyecciones mayores de vapor agua y CO2, que reflejan mucha luz y ayudan al brillo del cometa. A medida que se aleja disminuye la luz que recibe del Sol y así también lo hacen las eyecciones gases y vapores, lo que termina que vaya brillando menos”.