Este mural está basado en el trabajo de investigación del director del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, Eduardo Ibar, respecto al levantamiento del primer observatorio en Chile- y el trabajo del empresario Juan Mouat- sumado a la labor investigativa del arqueoastrónomo Edmundo Edwards y el director de Planetario Rapanui, Enzo Moglia, sobre la cosmogonía Rapanui y el uso de los astros para la navegación.
“Dos Culturas, Un Cielo”: Miradas astronómicas de Rapa Nui y el Mundo Continental es el quinto mural astronómico realizado por el Instituto Milenio de Astrofísica. Lo que busca es la interconexión de saberes y tradiciones culturales, principalmente entre la historia del inicio de la astronomía en Chile – y la instalación del primer Observatorio del país en la ciudad de Valparaíso- y la importante conexión con el cielo y la astronomía presente en la cosmogonía del pueblo Rapa Nui.
Aunque estos dos escenarios están separados temporalmente y no parecen tener una conexión entre sí, el mural hace convivir ambas realidades a través de dos elementos en común: el mar y el cielo.
Mientras a la izquierda se observa a Juan Mouat, fundador del primer observatorio de Chile, en la derecha se presentan los elementos e iconografías comunes en la tradición Rapa Nui, conectados por el mar y astros que ambas culturas utilizaron para direccionar a los navegantes.
Gracias a una alianza con la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso, el Instituto de Física y Astronomía de la misma universidad y la Fundación Planetario Rapanui, la obra fue realizada en ambas locaciones al mismo tiempo, por dos artistas que viven en estas ciudades, ayudando a que la conexión con ambas tradiciones sea incluso más fructífera.
¿Cómo entender el mural?
Mientras que la cosmogonía Rapanui y polinésica se remonta a tiempos ancestrales, la astronomía “moderna” comenzó en Chile con el primer observatorio en la ciudad de Valparaíso. A pesar de ello, existen nexos de unión entre ambos patrimonios, donde los conceptos que unen Valparaíso y Rapanui son sin duda el mar y el cielo. Podemos quizás imaginar la aventura que tuvieron que pasar los polinesios para alcanzar navegando Rapa Nui. De hecho, el cielo que se ve desde ambos lugares es prácticamente el mismo, el cielo del hemisferio sur, desde donde se pueden apreciar constelaciones como la Cruz del Sur, la Brújula (Pyxis), la Vía Láctea, o las Pléyades, por mencionar algunas, todas presentes en el mural.
Rapa Nui
En las culturas polinésicas, las nociones sobre el movimiento de los astros les permitieron transformarse en grandes navegantes que poblaron todo el Océano Pacífico. Las observaciones astronómicas en Rapanui eran llevadas a cabo por los Tumu Ivi Atua Mo Te Manu, también llamados Tohunga, que eran sacerdotes-astrónomos y pertenecían a los estratos más altos de la jerarquía sociopolítica.
Estos sabios especializados vivían y realizaban su trabajo en torreones cilíndricos de piedra llamados Tupa, estructuras construidas en puntos geográficos específicos de Rapa Nui donde les era más ventajoso observar fenómenos estelares, como la posición relativa de los planetas, la salida o puesta de ciertas estrellas. A partir de las observaciones, crearon por ejemplo un calendario que se compone de doce meses y era definido por los ciclos de la Luna (Mahina), comenzando con cada Luna Nueva (Ohiro).
La aparición de las Pléyades (Matariki o los Ojitos) en el firmamento marcaba el inicio del año, después del solsticio de invierno. Así, la cultura Rapa Nui tiene una conexión arraigada y profunda con las estrellas, reflejada en su tradición oral, la historia de navegación y sus vestigios arqueológicos. El cielo era el hogar de los Dioses y de sus descendientes (Ariki).
Valparaíso
Por otra parte, la visión más moderna que conocemos de la astronomía comenzó en Chile en el año 1843, cuando Juan Mouat, un distinguido empresario, investigador y filántropo de origen escocés, instaló el primer observatorio astronómico en territorio nacional. El emplazamiento de dicho observatorio fue el cerro Cordillera de Valparaíso, en su casa familiar. Sin embargo, este observatorio no era lo que hoy conocemos como tal, es decir, con telescopios que sirven para estudiar en detalle el Universo. Gracias a sus conocimientos como relojero, adquiridos en Escocia, cuando llegó a Valparaíso se dio cuenta de la necesidad de mostrar la exactitud horaria. Es por eso que su observatorio tenía como principal objetivo medir el tiempo, es decir, determinar la hora exacta para que los navegantes pudieran orientarse en el mar. Utilizó el movimiento de los astros para calibrar los relojes que fabricaba en su taller, ubicado en el plan de la ciudad de Valparaíso.
Mientras vendía relojes, daba a conocer a toda la bahía de Valparaíso la hora exacta utilizando un ‘timeball’ (representado en la parte izquierda del mural), es decir, una esfera de señales horarias, cuyo fin se orientaba a sincronizar los relojes situados en la zona. Esto permitía a los navegantes de la época la calibración de sus instrumentos de navegación al pasar por el Puerto de Valparaíso. La inauguración del observatorio coincidió con la víspera del gran acontecimiento del paso del Gran Cometa de 1843 (cuyo nombre oficial es C/1843 D1 y 1843 I).
“Dos mundos, un cielo” no es sólo una representación visual del cielo nocturno, sino también un puente entre la cosmovisión ancestral Rapa Nui y la astronomía moderna con el legado de Juan Mouat.
¿Qué objetos están representados?
En la parte alta del mural se representa el cielo nocturno del hemisferio sur, donde se destacan las constelaciones Cruz del Sur, Pyxis (la brújula), la Vía Láctea, las Pléyades y la Luna. Además, en el cielo se observa el Gran Cometa de 1843, el que cruzó el cielo el mismo año que se creó el observatorio en Valparaíso. Este cielo representado es prácticamente el mismo en Valparaíso y Rapa Nui, por lo que es un punto de interconexión de ambas tradiciones e historias.
Bajo el cielo, se representa el inmenso Océano Pacífico, compartido por ambos territorios, cada uno con sus costas. La navegación es otro punto de conexión entre estas culturas. Mientras el primer observatorio fue creado para ayudar en los navegantes que llegaban al puerto, para los primeros habitantes de Rapa Nui llegaron a la isla gracias al conocimiento de los astros, que los guiaba en la inmensidad del mar. Esa tradición aún se mantiene y ha sido heredada vía oral entre los habitantes.
En medio del mural confluye la costa de la ciudad puerto, con elementos de navegación Rapa Nui. Hacia la izquierda de esa unión se observa a Juan Mouat sentado en el Cerro Cordillera de Valparaíso, frente al “fireball” que representa el primer observatorio de Chile. Desde ese lugar estratégico podía observar toda la bahía de Valparaíso, así como el inmenso océano y el hermoso cielo. La arquitectura que se observa en la bahía es del año 1843, donde el mar ocupaba más espacio que en la actualidad.
A la derecha del mural se representa la cultura Rapa Nui, donde el cielo tenía una gran relevancia en la vida de las personas ya que marcaba los cambios de estaciones, la creación de calendarios y tenía una gran influencia en la agricultura. Se muestra el territorio Rapa Nui, donde se incluyen un Tupa y un Moai.
Se muestran también en el mural diferentes símbolos de gran relevancia para la cultura Rapanui. De derecha a izquierda, se muestra a Varua del mar (espíritu del mar), el cual tiene cola de ballena; el Tangata Manu (hombre pájaro), quien era el ganador de una competición tradicional que consistía en obtener el primer huevo en el islote de Motu Nui, el Komari (símbolo de la fertilidad), que se incluyó en este mural para representar que éste proyecto está liderado por mujeres, un mangai (anzuelo), amuleto de prosperidad, abundancia, protección y buena suerte, especialmente para aquellos que se adentran en el mar, Make Make (Dios creador), quien descendió del cielo y dio vida a los primeros habitantes de Rapa Nui, y Vaka/Kuini (embarcación ancestral), que representa cómo los antepasados Rapanuis navegaban en el mar.