Astrónomos detectan por primera vez dos nuevas clases de estrellas en la Vía Láctea

Se trata de estrellas “ocultas” ubicadas en el centro de nuestra galaxia, una de ellas un nuevo tipo de gigante roja apodada como “vieja fumadora”, además de una docena de protoestrellas recién nacidas. En la investigación participaron varios científicos del Instituto Milenio de Astrofísica.

Tras una década de trabajo, un grupo internacional de astrónomos acaba de anunciar el descubrimiento de dos tipos de estrellas nunca antes detectadas, gracias al trabajo realizado a través del sondeo Vista Variable de la Vía Láctea (VVV).

El equipo, dirigido por el astrónomo Philip Lucas de la Universidad de Hertfordshire y en el que participan los científicos del MAS Jura Borissova y Radostín Kurtev (de la Universidad de Valparaíso) y Márcio Catelan (de la Universidad Católica), hallaron por primera vez un nuevo tipo de estrella gigante roja anciana que se desvanece a lo largo de varios años hasta alcanzar casi la invisibilidad, antes de expulsar repentinamente nubes de humo, por lo que la apodaron como “vieja fumadora”. Además, detectaron 32 estrellas recién nacidas, conocidas como protoestrellas, las que sufren estallidos extremos de su brillo en hasta 300 veces durante un periodo de meses, años o décadas, como parte de la formación de un nuevo sistema solar.

Este nuevo tipo de estrellas están ocultas a la luz visible debido a la gran cantidad de polvo y gas que tiene esa zona de la Vía Láctea, por lo que las observaron en luz infrarroja utilizando el telescopio VISTA ubicado en el Cerro Paranal en la región de Coquimbo en Chile. El equipo monitoreó casi mil millones de estrellas en 10 años, analizando las 222 que mostraban mayores cambios en su brillo. Y aunque aproximadamente dos tercios de ellas fueron fáciles de clasificar, para el resto, los expertos tuvieron que realizar estudios espectroscópicos con el Very large Telescope (VLT), también en Paranal.

Estos descubrimientos al ser fenómenos nuevos abren nuevas áreas de investigación para los expertos, razón por la cual Jura Borissova, investigadora asociada del MAS y académica del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, se manifestó muy contenta por este nuevo avance científico. “El Universo es un misterio que nos atrae, un tesoro que nos deslumbra y un regalo que nos inspira. Es un lugar de infinitas posibilidades, de belleza incomparable y de constante descubrimiento”, aseguró la astrónoma.

Esta ilustración muestra una erupción que se produce en el disco arremolinado de materia que rodea a una estrella recién nacida. Philip Lucas/University of Hertfordshire

Protoestrellas y nuevos sistemas solares

Las 32 protoestrellas descubiertas se encuentran en plena erupción, lo que permitió a los astrónomos analizar por primera vez una gran cantidad de eventos a lo largo de su evolución, desde el estado de reposo inicial, pasando por el máximo de brillo hasta la etapa de declive. Según el investigador Zhen Guo, del IFA la Universidad de Valparaíso y quien dirigió el seguimiento espectroscópico, los estallidos se producen en el disco de materia que gira lentamente alrededor de las estrellas, formando un nuevo sistema solar. “Ayudan a crecer a la estrella recién nacida en el medio, pero dificultan la formación de planetas. Aún no entendemos por qué los discos se vuelven tan inestables». Agrega: “este descubrimiento incluye 16 nuevos objetos de tipo FUor que rara vez se encuentran, lo que amplió el catálogo actual de tales variables en más de un 30%”.

Gigante roja nunca antes vista

Dentro del estudio, los científicos además se sorprendieron con objetos que no esperaban. Se trata de 21 estrellas rojas que se ubican cerca del centro de la galaxia que mostraron cambios ambiguos en su brillo durante los 10 años del estudio. Analizando el espectro de siete de estas estrellas, en comparación con anteriores investigaciones, se concluyó que se trataba de un nuevo tipo de estrella gigante roja. Dante Minniti, líder el mapeo VVV y director del Instituto de Astrofísica UNAB señala “estas estrellas ancianas permanecen en silencio durante años o décadas y luego expulsan nubes de polvo de manera totalmente inesperada. Entonces se ven muy rojas y apagadas durante varios años, hasta el punto que a veces no podemos verlas en absoluto”.

Imágenes infrarrojas de una estrella gigante roja situada a unos 30.000 años luz, cerca del centro de nuestra Vía Láctea, que se desvaneció y luego reapareció en el transcurso de varios años. Philip Lucas/Universidad de Hertfordshire

El descubrimiento de estos dos nuevos tipos de estrellas fue publicado en la Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

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